Las papas son tubérculos versátiles y deliciosos que se encuentran en casi todas partes, ya que son fáciles de crecer y parte de muchos platillos de nuestra cocina típica. Cada variedad tiene su propio sabor y textura característicos. Pero ¿sabes cuál es la mejor variedad para cada tipo de platillo? Desde papas comunes hasta papas cambray, amarillas y rojas, cada una tiene un propósito culinario especial, diferente textura, nivel de almidón y sabor. Es por ello que, aquí te presentamos algunos tipos de papas y te decimos en qué tipo de recetas puedes ocuparlas para así sacarles el mayor provecho. ¡Comencemos!
Las papas comunes son versátiles y funcionan bien en una variedad de recetas. Puedes usarlas para hacer papas fritas caseras con tres salsas, pues tienen una textura que se vuelve crujiente por fuera y tierna por dentro al freírlas. También son adecuadas para hacer croquetas de atún y papa, ya que otro atributo de su textura es que se deshace bien cuando se machacan con el Pasapurés. Además, las papas comunes son ideales para una ensalada de papas, gracias a que su carne suave y su sabor neutro se mezclan bien con el aderezo especial de la receta.
Por otra parte, las papas cambray son pequeñas y de tamaño uniforme, se pueden cortar a la mitad y cocinarlas para preparar un fondue de papa con tocino. Su consistencia firme y su sabor suave se complementan a la perfección con el tocino y se convierte en un platillo excelente para degustar con nachos, chips, galletas saladas o rodajitas de pan tostado, en compañía de buenas amistades.
Las papas amarillas, también conocidas como papas Yukon Gold, se caracterizan por ser cremosas y con un sabor ligeramente dulce. Son ideales para hacer puré de papas, debido a que se machacan fácilmente. También se pueden utilizar para hacer una crema de papa con tocino, ya que su rico sabor se integra bien con los ingredientes como el tocino, yogur y queso amarillo.
Y, por último, pero igual de especiales, tenemos a las papas rojas, que son conocidas por su piel delgada y su carne firme y húmeda. Son una buena elección para hacer papas doradas, pues se pueden cortar fácilmente a la mitad y freír hasta que tengan el doradito que tanto les gusta a muchos. También se pueden utilizar para hacer un puré de papas rojas, hecho con un “mínimo de agua”, que es una fácil alternativa al puré de papas tradicional. Y para acentuar más los sabores, usamos caldo de pollo, en lugar de agua. ¡El resultado es sabroso!
Recuerda que, aunque se sugieren ciertos tipos de papas para cada receta, en muchos casos puedes adaptar la receta según tus preferencias o lo que tengas disponible. ¡Disfruta cocinando con estos tipos de papas y experimenta con diferentes variedades en tus recetas!
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