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Cáscaras sorprendentes: Deliciosas recetas Zero Waste

Descubre una forma inteligente de utilizar las cáscaras de frutas y verduras en lugar de desecharlas. A menudo, estos tesoros pasan desapercibidos en nuestras cocinas. Estas recetas Zero Waste no solo te brindarán una experiencia culinaria excepcional, sino que también te enseñarán formas creativas de reducir el desperdicio de alimentos y aprovechar ingredientes que normalmente terminarían en la basura, contribuyendo así a minimizar nuestro impacto ambiental. ¿Quién dijo que reducir nuestros desechos no puede ser también delicioso?

Cáscara de naranja confitada con chocolate

La cáscara de naranja confitada y chocolate es una combinación clásica en la repostería. El sabor ligeramente dulce de la cáscara confitada contrasta maravillosamente con la riqueza y amargor del chocolate negro. Además de ser delicioso, este postre también está lleno de vitamina C y antioxidantes. Ahora ya sabes, cuando crees cualquiera de estas recetas con naranjas, guárdalas en el refrigerador para después transformarlas en un delicioso bocadillo o un regalo casero para tus familiares. 

Ingredientes: 

• Cáscaras de 2 naranjas grandes 
• 1 taza de azúcar 
• 200 gramos de chocolate negro 
• 1 ramita de canela 
• 1 cucharada de esencia de vainilla 

Instrucciones: 

1. Corta las cáscaras de naranja bien lavadas y desinfectadas en tiras delgadas, de aproximadamente 1 cm de ancho. 

2. En el Utensilio 2 Litros, hierve las tiras de cáscara en agua durante 2 minutos para eliminar el sabor amargo y escurre. Repite el proceso 3 veces y reserva. 

3. En el mismo utensilio, mezcla el azúcar, canela y esencia de vainilla con 1 taza de agua y lleva a ebullición. Agrega las cáscaras de naranja y cocina a fuego lento durante 30 minutos aproximadamente o hasta que estén tiernas y el almíbar se haya espesado. 

4. Retira las cáscaras de naranja del almíbar, revuélvelas en un poco de azúcar y déjalas secar durante 1 o 2 días. 

5. Derrite el chocolate negro a baño maría y sumerge cada tira de cáscara de naranja en el chocolate derretido. 

6. Coloca las cáscaras de naranja con chocolate en una bandeja forrada con papel encerado y deja que el chocolate se endurezca. 

Agua de cáscara de pepino 

El agua de cáscara de pepino es hidratante y ayuda a mantener el cuerpo fresco, especialmente durante los días calurosos. Por otra parte, la cáscara de pepino contiene una buena cantidad de nutrientes, vitamina C y antioxidantes. Al utilizar la cáscara para preparar el agua, estás aprovechando al máximo estos nutrientes. 

¡Disfruta esta refrescante opción y de sus propiedades nutritivas! 

Ingredientes: 

• Cáscaras de pepino 
• 1 litro de agua 
• Opcional: limón, menta, endulzante 

Instrucciones: 

1. Coloca las cáscaras de pepino en una jarra y vierte el agua sobre ellas. 

2. Opcionalmente, agrega limón exprimido, hojas de menta y endulzante al gusto. 

3. Remueve suavemente y deja reposar en el refrigerador durante al menos 1 hora. 

4. Sirve con hielo y disfruta. 

Cáscara de mango deshidratada

La cáscara de mango es a menudo descartada o desperdiciada. Pero ¿sabías que está repleta de fibra dietética, antioxidantes y vitaminas como la vitamina A y C? Al deshidratarla, se concentran sus nutrientes, lo que la convierte en un snack saludable y delicioso. 

Maximiza el uso de los mangos con esta receta de aprovechamiento y obtén un snack delicioso y crujiente. ¡Así que la próxima vez que prepares cualquier receta con mango, no olvides guardar las cáscaras y sigue disfrutando de su sabor!

Ingredientes: 

• Cáscaras de mangos maduros y limpios 

Instrucciones: 

1.  Reserva las cascaras de los mangos maduros utilizados en otras preparaciones y lávalas 

2. Coloca las cáscaras en la Contessa cubierta con papel encerado. 

3. Deshidrata las cáscaras en el horno a 50 °C (120 °F) durante 4-6 horas o hasta que estén secas y crujientes. 

4. Deja enfriar y ¡a comer se ha dicho!  

*Si deseas conservarlas para consumo posterior, guarda las cáscaras de mango deshidratadas en un recipiente hermético.

Siempre ten en cuenta que nuestras acciones, incluso en la cocina, tienen un impacto en el mundo que nos rodea. Mediante pequeños cambios en nuestros hábitos culinarios, como el aprovechamiento de las cáscaras de frutas y verduras, podemos generar un impacto positivo y contribuir a un futuro más sostenible y equilibrado. 

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